Red solidaria de vecinos 

Edward Johnn Silva Giraldo. 

Publicado en el periódico el observador sabana centro Edición 29 octubre de 2015 

La llegada de nuevos vecinos a la región pone a prueba la capacidad de promover espacios de inclusión y aprovechar el conjunto de oportunidades para el emprendimiento de proyectos e iniciativas creativas. En este sentido, es necesario reconocer las personas que “están” y las que “llegan” a los conjuntos residenciales y barrios, para construir relaciones de confianza y colaboración. Es así que se requiere empezar a replantear la visión fragmentada que separa a “los de adentro” de “los de afuera”.   

Cuando se logran puntos de encuentro para la expresión y validación de saberes, la comunidad genera un sentido comunitario que permite separar las fronteras y reconstruir puentes que conectan. Este es un proceso que consiste en trabajar con la gente y entre la gente. Es un reto que nos invita a convertirnos en agentes capaces de transformar nuestro entorno, al mismo tiempo que nos transformamos a nosotros mismos. 

Afortunadamente, ya se han dado pequeños pasos, porque en estas tierras contamos con grandes maestros de la vida cotidiana que enseñan y motivan, desde sus oficios y profesiones, el arte de tejer relaciones de colaboración. Son arte-sanos, de todos los géneros y generaciones. Al respecto, Paulo Freire, exponente de la educación popular, dice que “es escuchando como se aprende a hablar con la gente y validar su participación”. En misma línea, la psicóloga comunitaria Maritza Montero, profesora de la Universidad Central de Venezuela, señala que “el respeto del otro genera el derecho a la discusión y a la diversidad de opiniones”. 

Trabajar con la comunidad, es como escuchar una orquesta de jazz, donde cada persona tiene una capacidad específica que exige ser descubierta. Por este motivo, es fundamental reconocer el potencial de todas las personas y desarrollar como estrategia un directorio de contactos (banco de talentos), que permita conocer de primera mano qué sabe cada quien y qué le gusta hacer. Pero, para poner en marcha estas iniciativas locales es necesaria la participación comunitaria y el replanteamiento de las prácticas convencionales. Por ejemplo, la comunidad no es una población objeto que asiste a actividades para ser investigada por expertos aislados y portadores de soluciones con acciones unilaterales, sino que es un conjunto de sujetos actores, capaces de incidir en los programas que van dirigidos hacia ellos mismos. Sin lugar a dudas, la gente apoya lo que ha ayudado a crear y, por esto, la red solidaria de vecinos es una coproducción que consiste en construir conjuntamente ideas innovadoras y hacerlas realidad.  

Deja un comentario